viernes, 29 de octubre de 2010

Policías Federales disparan a jóvenes, niños, padres: un universitario herido dentro de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez






















































Ella, al comienzo de la marcha: por una de las principales avenidas de Ciudad Juárez. Escucha: los disparos de los Policías Federales. Corre. Entre la Hermanos Escobar y la Plutarco Elías.
En su cabeza (y corazón) le golpean las imágenes de sus dos hijos asesinados, el 29 de enero en la colonia Villas de Salvárcar.
Va en busca de su sobrina. Y la encuentra dentro del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) cerca de un joven, con las vísceras fuera. Desangrándose.

"No se vale. Hay niños, jóvenes, mamás", dice Luz María Dávila, sin sus dos únicos hijos: que mañana sábado cumplirán 9 meses de haber sido asesinados en la masacre de la colonia de Villas de Salvárcar.

Armas en alto. Apuntando a los manifestantes de la onceaba Kaminata contra la muerte con la que comenzará el primer Foro Internacional contra la Militarización y la Violencia: Por una cultura diferente. Entre los manifestantes están destacadas abogadas en la lucha contra los feminicidos y miembros de la escena cultural de la ciudad. Unos jóvenes han pintado consignas en contra de los militares. Las tres unidades 12428, 12401 y 12336 se dan a la fuga.

"!Asesinos! Asesinos!", gritan los manifestantes.

Llaman a la ambulancia. No llega. A pesar de que el puesto de la Cruz Roja se encuentra a unos cinco minutos. La vuelven a llamar. Una doctora de la universidad decide llevarlo en su propio vehículo, a pesar de que temen que al moverlo con sus vísceras pueda presentar un riesgo para el joven. La Universidad envía un equipo de doctores hasta el hospital para intervenirlo de urgencia.

El es Darío Alvarez Orrantia. Tiene 19 años. Estudia Sociología. Y está baleado, por la espalda.

Momentos de confusión. Algunos dicen que está muerto. Pero el universitario está vivo. Estable.

Los manifestantes se refugian en la universidad. Temen salir. Los agentes federales rondan por el exterior del centro. Llegan maestros. Para unirse a los jóvenes. Se reúnen. Hay momentos de nerviosismo, división entre los manifestantes y algunos piden que la prensa -que ha llegado en masa por el incidente y no ha estado acreditada para el Foro- se vaya. Y hay forcejeos.

Al final, comienza una rueda de prensa. Con todos los medios. Los estudiantes dicen que en Ciudad Juárez no hay una guerra contra el narcotráfico y piden la renuncia del presidente Felipe Calderón.

El académico uruguayo y profesor de la Universidad Nacional de México denuncia que Ciudad Juárez se ha convertido en un laboratorio de guerra urbana para eliminar a los que consideran la escoria social.
"Hay una política deliberada de generación de caos y violencia por parte del gobierno de Calderón", señala Carlos Fazio, invitado para el Foro.

"Lo que sucede en el país (..) en Juárez no es una guerra contra las drogas. Si fuera así en Colombia después de diez años ya habría bajado el tráfico y la producción de cocaína. Lo que sucede es una política de control del negocio de la criminalidad".

El diputado federal José Narro Céspedes (PRD), de la Comisión de la Concordia y Pacificación, anuncia que este ataque contra los manifestantes lo llevará hasta el Congreso.

Pasan las horas. Algunos estudiantes deciden encerrarse como protesta en la dirección del Instituto de Ciencias Biomédicas. En una cartulina pegada al cristal se expresan: "Si nos tocan a uno, nos tocan a todos". Otros, regresan a sus casas con el temor a represalias.

Algunos maestros anuncian que la universidad ha interpuesto una denuncia por el suceso y que ésta correrá con los gastos médicos del estudiante.

Al irme del foro, una joven me saluda: "Soy Kori. Me mataron a mi compañero cuando regresaba de la Ciudad de México de un foro estudiantil". A Kori le esperan todos los días su niña de 2 años y sus alumnos.

*****Hoy, viernes 29 de octubre, fueron asesinadas en Ciudad Juárez 8 personas más. Con ellas, ya hay 2.649 muertos en este año. Y 7.026 desde enero del 2008 desde que comenzó la llamada guerra contra el narcotráfico del presidente Calderón, apoyado con el Ejército y la Policía Federal. Más los 10 mil niños huérfanos. Los miles de desplazados en una Juaritos que ya no existe.

Los cuerpos de las cuatro mujeres y el joven asesinados en la madrugada de ayer en una rutera de una fábrica maquiladora en el Valle de Juárez -a unos 40 minutos en carro de Juaritos- van llegando a sus casitas en Guadalupe y Praxedis G. Guerrero, donde hace unas semanas fue noticia por tener a Marisol Vallés, de 2o años, como jefa de la seguridad pública, que ayer firmó la primera renuncia de una de sus agentes. Como ella, está sin cobrar desde el pasado 10 de octubre, que tomó posesión del cargo, según me comentó.

En el hogar de los Vázquez Guerrero en Praxedis Guerrero, la trabajadora Rosalía Esther Vázquez Holguín, de 30 años, está en un ataúd. Y Brisa, de 7 años, se sube a una silla para acariciar el rostro en lágrimas de su papá, José Luis Guerrero. Lisette, de 10 años, abraza a su madre muerta. El pequeño José Luis, de 12, sólo quiere dormir, en la cama que comparte con sus hermanos, en el único cuarto de la casa.

Los muertos suceden a los funerales en un círculo que se repite cada día. La noticia dura aquí hasta otro muerto más. A veces, en unos minutos.

ACTUALIZACION: Poco antes de las 10 de la mañana del sábado, recibo una llamada de la Policía Federal para avisarme de su versión de los hechos: los agentes dispararon (al aire) porque los manifestantes tenían el rostro cubierto.

Algunos sí: por temor a ser levantados por un escuadrón paramilitar y que los asesinen por participar en protestas contra la militarización, según comentaron varios de ellos. Los agentes federales y los peritos de criminalística también llevan los rostros cubiertos como medida de seguridad. El universitario herido, no.

Los dos agentes están siendo investigados, según la Policía Federal.

La primera foto que comparto con vosotros la tomó uno de los universitarios. En ella, se ve cómo se dispara (al aire) en Ciudad Juárez.

El estudiante será intervenido de nuevo esta tarde del sábado, y necesitará otras cuatro cirugías más para reparar sus intestinos y lesiones en las vías urinarias. Según confirmó el médico cirujano Arturo Valenzuela, recibió un balazo en la espalda con salida en la pared abdominal anterior del lado derecho.

1o asesinados más y el sábado continúa.

***ESTO ES LO QUE PASO. Vídeo cedido por los estudiantes:

martes, 26 de octubre de 2010

Volver a enterrar a hermanos: a pares














































































En el cementerio Resurrección del Sauzal las seis fosas están listas. Pero no hay enterradores. Ni palas. Los padres van en en busca de ellas. Los niños juegan entre las tumbas. Los policías federales y municipales vigilan para que las amenazas de rafaguear a los asistentes no se conviertan en realidad.

El viento fuerte cubre de arena los rostros de los familiares y amigos de los jóvenes convertidos ahora en cadáveres. La mayoría de los presentes son adolescentes y niños a los que se les borró, de nuevo, un futuro. No hay mariachis. Ni grupos de música norteña. Este cementerio es tan pobre que aquí ni pueden lograr unos pesos estos artistas de la fiesta obligados ahora a cantar a la muerte. Los matachines del grupo de danza Juan Pablo II van de cadáver en cadáver. Recordando lo que les enseñaron en su iglesia, para no caerse. Del todo.

Es lunes, 25 de octubre, un día en el que Ciudad Juárez vuelve a enterrar a sus jóvenes, a hermanos a pares, a amigos en grupo.

Ella estaba en medio de los dos. Como hace unas horas. Cuando la conocí en su casita de la colonia obrera de Riberas del Bravo, rodeada de varias viviendas abandonadas. Veía a uno. Después, al otro. Sin saber qué hacer: ni llorar.

A su derecha, su hijo Roberto Jacobo Vital, de 14 años, estudiante de secundaria. A su izquierda, Luis Alberto, de 17, ayudante en una iglesia mientras intentaba buscar trabajo o financiación para poder continuar sus estudios.

Están en ataúdes de color azul cielo, el mismo que las paredes de su hogar que se levanta con los 500 pesos a la semana (unos 37 dólares) que ganan ella y su esposo en una fábrica maquiladora.

"Me siento muy triste y sola sin mis hijos. Que hagan justicia pues mira que mis hijos no merecen que acaben así. No eran vagos, eran buenos hijos", comenta Agustreberta Vital, nacida hace 47 años en una comunidad indígena purépecha, en el estado mexicano de Michoacán.

Sus hijos salieron (en ataúdes) hace cuatro horas de su hogar camino a su funeral. Los llevaron en dos trocas, poco a poco: para que el grupo de danza del centro católico Juan Pablo II siguiera a sus compañeros, ahora muertos, a ritmo del tambor. A Oscar Cruz, el instructor, le hubiera gustado que estuvieran danzando más integrantes del grupo de 15 personas.
Faltan 7: los que fueron asesinados el viernes 22 de octubre en una fiesta de cumpleaños en la colonia Horizontes del Sur, donde murieron 14 y varios siguen heridos. "Acabaron con Juan Pablo II", dice. El sábado ya no pudieron danzar en el rosario viviente.

Al llegar a la Iglesia Nuestra Señora de los Milagros, unas unidades de la Policía Federal con la municipal custodían la entrada. Dentro ya están los ataúdes de otros dos hermanos, Sotero e Ismael Reyes Ricario, de 19 y 22 años de edad respectivamente.

Abrazado a los otros tres hijos que le quedan vivos, el duranguense Ismael Reyes, de 42 años comenzó a aplaudir los cadáveres de sus hijos. Comenzó a cantarles "Amor eterno", la canción de Juan Gabriel, el hijo adoptivo de Juaritos.

Llegó el cadáver de Luis Angel Chavira, de 20 años. También, el de Claudia Aylin Camargo, de 13 años. Y con ellos, más lloros, más gritos de dolor sin respuestas. Como siempre.

La misa comenzó. Con el obispo Renato Ascencio León y otros 11 religiosos. Y habló como nunca lo había hecho, horas después de que apareciera en el internet un vídeo del hermano (secuestrado y apuntado con las armas de varios hombres vestidos con traje militar) de la ex Procuradora de Justicia Patricia González donde la acusaba de ser "la autora intelectual de varios crímenes" y "dar protección a La Línea, el brazo armado del Cártel de Juárez, por 100 mil dólares mensuales".

"Es necesario que todos nosotros nos manifestemos y manifestemos con voz fuerte nuestro rechazo a la violencia, que padres de familia exijan ante la autoridad para que se haga justicia. Nos prometen que nos van a ayudar, ?dónde?, ?de qué manera pueden ayudar? Que se castigue a quienes han cometido estos delitos. Padres, parientes pidan para que se haga justicia", exclamó el obispo.

Los cuerpos de las prima Daniela y Perla Figueroa, de 16 y 22 años, llegaron a la iglesia poco antes de acabar la misa. Sus familiares habían recibido amenazas mientras las velaban. Hubo que acomodar de nuevo los ferétros para hacerles espacio. También para Vicente Vital, de 25 años y hermano de Luis Alberto y Roberto Jacobo que se mantuvo en medio de los dos féretros durante todo el funeral.

Los ocho ataúdes, de jóvenes entre los 13 y 22 años, fueron bendecidos por el obispo. Al salir, declaró a lo medios: "Aquí viene el Presidente de la República, ?para qué lo queremos? tiene que estar aquí en el momento decisivo de nuestras ciudades. El día que viene, ?a qué viene? ?a que lo aplaudan? , a que le griten o a lo que sea. Yo creo que en estos momentos el Presidente de la República, el gobernador, el presidente municipal -aunque sé que estuvo en el IMSS- pero necesitamos que se hagan presentes con la gente".

Termina el funeral. Más tensión. Corre el rumor de que los van a rafaguear en el cementerio si nos los entierran antes de las 5 de la tarde. Seis de los ferétros se dirigen al panteón Resurrección de El Sauzal, en el Valle de Juárez. Las primas van al de San Rafael.

Tomo fotos escuchando los gritos. Los lloros que suenan igual en cada una de las tumbas. Imagénes que se van repitiendo día tras día en Juaritos, con otros nombres y apellidos, con otras aventuras de vida fulminadas. En unos segundos. El entierro masivo me recuerda al de Villas de Salvárcar donde fueron asesinadas 15 personas en una fiesta estudiantil, a unas 8 cuadras de donde ocurrió la ahora masacre de la colonia Horizontes del Sur. Hace 9 meses.

Me voy del cementerio sin saber qué esperará mañana. O sabiéndolo: más muerte con autoridades que no saben garantizar ni lo más mínimo para el ser humano: la seguridad para vivir un día más. O agua, o electricidad, o un salario digno. En la llamada guerra contra el narcotráfico del presidente de México Felipe Calderón apoyado con el Ejército y la Policía Federal.

****Hoy mataron a 10 personas más en Juaritos. Con ellas, 278 asesinados en lo que llevamos del mes de octubre. En el año, 2.609 y 6. 986 desde enero del 2008.

Aquí está el vídeo acusando a la recién ex Procuradora de Justicia Patricia González. Se asemeja mucho a sus presentaciones ante los medios de información con los supuestos culpables, que como su hermano a veces olvidaban los detalles que parecían recitar de memoria. http://www.youtube.com/watch?v=BEpMtuogS90

martes, 5 de octubre de 2010

Los ojos de una Miss: presa, reina de belleza y viuda en menos de un año















Hace 6 meses su imagen dio la vuelta al mundo. Ella, sonreía. Lloraba de la felicidad. Había conseguido algo que nunca pensó. Ser reina de belleza.

Sus hijas de 4 y 3 años comenzaron a decirle: "Ves mami, tú eres mi princesa". Y ella les aseguraba que "algún día ellas también van a llegar".

Mira a la Virgen de Guadalupe que ella pintó. Sentada en su camita. Sus ojos enormes viajan por las emociones del dolor. No lo quiso ver. Al menos así, en un ataúd. Con su cuerpo torturado. Y sin cabeza.

No lo quiso ver a él, su esposo: Iván Roque. Levantado y asesinado un día antes de cumplir sus 30.

Le ofrecieron traerle el cuerpo. Abrir el ataúd por unos segundos. Llorarle. Pero ella lo agradeció con una respuesta negativa. Lo quiso recordar vivo y entero. Desde que se dispararon los crímenes en Ciudad Juárez, la prisión del Cereso municipal ofrece este servicio, en lugar de que el reo sea custodiado para acudir a los servicios fúnebres. Para que nadie se escape. O sea asesinado en el cementerio.

Cecilia Flores nació hace 23 años en Las Cruces (Nuevo México): como tantos juarenses que nacen en el lado estadounidense de la frontera. Tiene una condena de 5 años por posesión de 8 kilogramos de marihuana. Los soldados dicen que la encontraron en su casa pero ella insiste que la limpiaba todos los días y que no había nada. Desde el pasado 8 de marzo es Miss. En un año que comenzó con ser presa y que está terminando como viuda, tras alzarse con el certamen de belleza Miss Cautiva, una iniciativa del alcalde saliente José Reyes Ferriz (PRI) que cautivó los medios informativos en las jornadas pre electorales municipales y estatales. Los muertos continuaban -siendo noticia por unos minutos o horas- hasta el siguiente muertito, pero desde la cárcel se seguía el glamour. Que ya no existe. Ni fuera de la cárcel: en las discotecas, restaurantes y fiestas que se celebraban en Juaritos.

Ganó una corona pero perdió a sus amigas. Nadie le habla. Sus compañeras dicen que fue comprado el concurso. Y ella responde con que le tienen envidia. El jurado estuvo formado por varios miembros de medios informativos entre otras personalidades locales.

Ahora es una mujer cautiva, Miss y viuda. Y sus hijas estadounidenses se suman a los más de 10 mil niños huérfanos en Ciudad Juárez por la llamada guerra contra el narcotráfico del presidente Calderón y la guerra de los cárteles por hacerse con la codiciada plaza del paso de las drogas que llegan desde Colombia hacia los consumidores en Estados Unidos.

Cecilia Flores sigue soñando en su celda: "Me gustaría hacer una telenovela con Miss Universo (la mexicana Jimena Navarrete) sobre la cárcel. Hay mucha gente inocente y muy buena que no debe de estar aquí. Y otros muchos ricos y poderosos que son los malos y están libres".

*Hoy asesinaron en Ciudad Juárez a 18 personas más.