sábado, 24 de septiembre de 2011

Rap a los asesinados, los "narcoRap": la otra cara de la historia















El de su camarada lo hizo gratis. Fue para despedirlo al verlo cadáver hace casi cuatro años. Ahora se enfrenta a lo que nunca pensó, a una frase: "Házme un Rap para un amigo que me mataron".

Y no le gusta. Le produce dolor. Pero lo hace: por la familia del chavo asesinado, para expresar quién era: lo que nunca quiso vivir y lo que soñó.
Son Rap de encargo, para los chavos asesinados en Juaritos. Un Rap: 500 pesos mexicanos (unos 37 dólares).

A veces se lo solicitan apenitas han sido asesinados, para el entierro. Esos momentos son para tomar nota. Y no derrumbarse.

"Se interrelaciona uno con los familiares y están con los ojos llorosos", me comenta el rapero Obio, de 26 años, papá de una pequeña de seis. "Les hago preguntas, ellos me narran algo de la historia... cuando estoy haciendo preguntas empiezan a llorar. Te metes en la canción con más sentimiento".

Estos Rap no los graba en un disco. "Por respeto", dice. Al escucharlos hay historias como los narcocorridos pero a ritmo de Rap. Quizá hayan nacido los narcoRap contando su versión de lo que ocurrió al morir en la llamada guerra contra el narcotráfico: en una ciudad donde la mayor causa de mortalidad en los últimos cuatro años es el asesinato, unos 9 mil.
Y el sector más golpeado es el de los jóvenes, de entre los 20 y 24 años: sus ejecuciones aumentaron en un 400 por ciento del año 2007 al 2010, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Después de asesinados, con la impunidad de sus muertes (en un 96 por ciento de los casos), se les estigmatiza, se les culpa. Se les mata dos veces.

*En la foto, Obio delante de uno de los retenes de la Policía Federal en la zona del Pronaf de Juárez, cercana a El Paso, Tejas. Si queréis conocerlo más, avisarme y os descubriré su corazón. Mientras tanto conócelo en un vídeo rapeando su vida en My Gangster life.
De su Rap, me quedo una línea que resume tantas vidas: "No hay trabajo, no hay recursos y el gobierno sólo chinga (...) No quiero terminar abandonado bajo una tumba".
La vida sigue, hoy con cuatro personas menos, hasta ahora en Juárez. La mujer es de tez morena clara. Cabello largo. En su corazón lleva tatuado el nombre de Daniel y en su muñeca izquierda el de Marta. Ella tiene un nombre pero ahora es cadáver (sin aún identificar).

martes, 13 de septiembre de 2011

Ella no podrá gritar "Viva México" en la celebración de la independencia: grita justicia















La ve. En los postes, en una pesquisa con los datos de su desaparición: hace dos meses. La ve en una foto y la pequeña de un año y cinco meses exclama feliz: "!Nana, nana, nana! (como llama a su mamá, Nancy Navarro)". Y con su manita de bebita le dice "ven, ven": un gesto con el que intenta que el rostro de su mamá salga de una foto y regrese a sus brazos.

Briandita está en los brazos de Lucy, su abuela. Se dirigen a una nueva escuela. Van a la secundaria Altavista. Son las dos de la tarde, la hora en la que hay cambio de turno de estudiantes: se acercan a los adolescentes y Lucy se presenta como la mamá de Nancy, que desapareció un miércoles 13 de julio cuando tomó una rutera rumbo a la zona centro de Juaritos para buscar trabajo en algún comercio. A los 18 años de edad.

Les dice que se cuiden mucho, que no hagan caso a nadie que les prometa un trabajo o entrar a la escuela, mientras les entrega hojitas con la foto y los datos de su hija: por si la han visto. Por si la ven.

"Me da tanta tristeza cuando veo a las niñas solas o como yo que no tengo cómo moverme. Me da mucho miedo...", explica.

A estas horas en las que la noche llega, Lucy acaba de finalizar la oración para que aparezca su hija y parece ver la luz. El martes 13 de agosto no es un día fácil: hace dos meses (exactos) que Nancy desapareció.

Hay aniversarios que matan, poco a poco. Pero en los que ella intenta resurgir: para no morir. Pasó el día con la ilusión de que su hija fuera encontrada, pero pasaron las horas: nada. Otro día, de otra semana, de otro mes.

"La Fiscalía no quiere investigar. Quieren hacer la vida de mi hija desde que nació. No se quieren enfocar en los datos, pistas, que les da uno. Porque más que uno, ellos deben de averiguar donde está la madeja de esto. ¿Qué hago para que me escuchen?".

La pequeña de sus sus hijos, de 5 años, le escucha y como si quisiera tranquilizarla, le dice: "mami voy a pedir a Diosito para que nos traiga a Nancy. Pero nos la tiene que enviar igualita, así cómo era Nancy, bien bonita".

Lucy alcanza a decirle que es bien linda: en una sonrisa de dolor.

"En otras fechas, preparaba para las fiestas patrias del 15 de septiembre (de la independencia de México de España) una reunión, cocinaba...pero ahora ¿cómo voy a decir Viva México si mi hija está desaparecida y vivimos entre balas y miles de cadáveres?".

****En la foto podéis ver a Nancy. En un altar: porque no saben qué ocurrió. Y la esperan.