Una bolsa de plástico transparente, sin agarraderas. Y en su rostro, tristeza.
Carga en sus brazos un kilo de patatas, tres cajitas de salsa de tomate, dos latas de sardinas, medio litro de aceite y un paquetito de chocolate en polvo.
En su camino a una de las ruteras que tomará para llegar a su casita, varias señoras se le van acercando y todas con la misma pregunta: "¿dónde dan despensas (alimenticias)?".
Ella les contesta:
"Desgraciadamente, es un programa en el que estamos nosotras, en el que nadie quisiera estar. Se abrió para las víctimas de mujeres ausentes. El requisito para entrar en este programa es tener un reporte de una hija ausente".
Algunas, le dicen "lo siento mucho". Otras le preguntan cómo era su hija, cuándo desapareció, si tiene una foto.
Esta es la segunda semana consecutiva que Lucy, la mamá de Nancy Navarro desaparecida el 13 de julio hace ya más de dos años en la zona centro de Ciudad Juárez (http://juarezenlasombra.blogspot.mx/2011/07/desaparecida-nancy-navarro-18-anos-sin.html) va en busca de la despensa de alimentos básicos que el gobierno les otorga "con mucho pero" en la Secretaría de Fomento Social. Hasta hace quince días, era mensual. Las mamás van a recibir un taller de nutrición de seis horas para aprender a cómo preparar de diferentes formas las sardinas en lata y la soya.
"Acepto esta despensa porque ya fríamente de todos modos no hacen su trabajo. El gobernador (César Duarte, del PRI) dice que es una ayuda para aminorar el dolor que sentimos. Yo creo que se aminorara si hicieran su trabajo y las encontraran vivas", dice Lucy, que trabaja limpiando casas para poder investigar (sin remuneración) el paradero de su hija, a la vez que atiende a sus tres otros niños y a la pequeña de su hija desaparecida.
A Lucy se le corta su voz. Es una de las pocas veces que la he visto con sus ojos en lágrimas.
"Me siento súper mal cuando voy (a recoger la despensa). No sé cómo explicarle... como si estuviera conformándome con que no esté mi hija, como si esa fuera mi paga porque mi hija no esté en mi casa. Aunque yo estuviera sin nada pero que tuviera mi hija aquí, sería feliz.
A lo mejor, cuando me van a dar la despensa y me quieren humillar y dar muchas vueltas, de coraje les digo que no es porque nosotras queremos. Pero yo digo que nos merecemos que nuestras hijas no desaparecen y que si desaparecen ellos tienen la responsabilidad de buscarlas".
Cuando llega a su hogar les dice a sus hijos: "desgraciadamente esto que nos están dando es por no tener a Nancy con nosotros". "Mis niños no dicen nada, sólo se quedan serios".
En las despensas que otorga el gobierno a las mamás de desaparecidas hay productos viejos y caducados.
"Según ellos la comida es para que a uno nutra, cómo nos va a nutrir. Está bien fea. La verdad yo soy muy pobre y necesitada pero esta comida no está comible", dice Carmen, mamá de Luz Angélica Mena Flores -desaparecida a los 19 años de edad, el 4 de agosto del 2008- y de cuatro hijos más.
"Me siento como humillada, como me quieren dar eso para tener un pretexto para decir que están ayudando. Si nos van a ayudar, nos ayuden con algo bueno. Se siente uno como usada por ellos".
Y recuerda el día en que les dieron latas de sardina caducadas y una de las mamás se enfermó y avisó al resto.
"Hice una sopa de arroz que no se podía ni comer porque sabe a cartón... como que la tienen ahí. Son marcas muy feas, que ni las hemos visto. El frijol está muy viejo (y tarda horas en cocinarse) y la sopa de estrellas está toda blanca".
Carmen, que trabaja limpiando casas, está pensando en no ir más a recibir la despensa porque "nos mandan muy lejos, anda uno gastando en ruta y luego para ir y traer esa comida que no sirve, es basura y el trato es muy déspota".
*** Los detalles oficiales de la despensa alimenticia fueron solicitados a la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género, en concreto a su portavoz en Ciudad Juárez, Alejandro Ruvalcaba, que no los ofreció tras varios días de espera.
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