El Papa Francisco denunció los temas claves de un México herido como nunca se ha atrevido ningún Papa y menos un jefe de estado como él lo es del Vaticano. Ofreció soluciones para reconstruir un país con esperanza pero azotado por la desigualdad social, la opresión contra los pobres e indígenas, la corrupción, la explotación laboral, el narcotráfico y la violencia. Pero en una Juárez que sufre las desapariciones de niñas y feminicidios por más de veintiún años, esta tragedia la nombró en una sola frase y una palabra. Así vivieron su visita los que esperan una noticia para encontrarlas vivas y justicia:
Anita Cuéllar sabe lo que es la espera. Cuando comenzó hace cuatro años a recorrer las iglesias de Ciudad Juárez para rogar que en las peticiones de las misas se nombraran a las desaparecidas (como es habitual con enfermos o personas fallecidas, entre otros) empezó a cuestionar su iglesia católica, de cuya religión es ferviente devota.
Lo más desesperanzador fue escuchar a algunos sacerdotes cómo en plena eucaristía ordenaban a las mamás de desaparecidas que retiraran las mantas que colgaban de sus cuerpos con el rostro de sus hijas o las culpabilizaban de la desaparición de sus hijas, siguiendo el discurso de las autoridades.
En la Catedral de Ciudad Juárez, en las misas oficiadas por el vicario, el padre Fernando Valle protagonizó desde el altar algunas de estas situaciones, que pude observar. Las madres lloraban por su reacción pública tras haber acudido a rezar para encontrar a sus hijas con lo poco que les queda de ellas: sus fotos.
"Hay padres que ya han perdido la fe, porque la misma iglesia nos ha volteado la espalda", asegura.
Las estadísticas acompañan el pensamiento de esta mamá. Si hace diez años el 82 por ciento de la población de Juárez era católica, ahora lo es un 69 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEGI). En esta ciudad de poco más de un millón 300 mil habitantes se profesan 170 doctrinas, donde van ganando terreno los evangélicos, que han sido más activos a la hora de ayudar a personas más vulnerables.
Anita tiene 49 años y cinco hijos. La mujer de voz dulce que vende productos de belleza por catálogo para poder poner pesquisas de su hija por toda Juárez, lleva 4 años esperando saber dónde está su hija, qué pasó con su pequeña.
Jessica Ivonne Padilla Cuéllar desapareció a los 16 años de edad, cuando fue a buscar trabajo a la zona centro.
Es una mujer de profunda fe y esperanza. Desde el 12 de diciembre, cuando el Papa Francisco confirmó públicamente que viajaría a Ciudad Juárez, ha intentado con varias mamás ver cómo lograban reunirse o, al menos, acercarse a él. Lo necesitaba su fe para no derrumbarse y su lucha, para que las autoridades le entregaran a su hija viva y no en un pedacito de huesos, como les ha ocurrido a todas las mamás de desaparecidas en Juárez en los últimos veintiún años de desapariciones de niñas y jovencitas.
Esperó con mucha alegría a que llegara el día de hoy, miércoles 17 de febrero. Salió de su casita temprano. Anita estaba enferma de su estómago y un poquito débil de salud, pero feliz.
Caminó por las calles de arena de desierto de su colonia, la azotada López Mateos, para poder tomar una rutera vieja (el transporte público pésimo y limitado) que le dejara lo más cerquita posible de El Punto: un terreno nombrado con este apelativo para la ocasión, que colinda con el río y la malla fronteriza que separa México de Estados Unidos donde se construyó un altar para celebrar la misa oficiada por el Papa Francisco.
Al intentar pasar el acceso de seguridad hacia el terreno, un agente le advirtió que no podía hacerlo con la camiseta que portaba, que la misa no era una manifestación. La camiseta tiene el rostro de su hija desaparecida.
"Para mí, sí es una manifestación", les imploró. "Les prometo que no voy a hacer escándalo. Estoy aquí porque tengo a mi hija desaparecida, porque soy católica y necesito la bendición del Papa".
Y la dejaron pasar.
A través de un sacerdote, consiguió una treintena de los codiciados boletos para que algunas de las mamás de las 89 niñas que están reportadas actualmente como desaparecidas, pudieran asistir a la misa. En la zona roja C3, sentada con varias mamás de desaparecidas, en una de las últimas de las 21 mil sillas de las más de 200.000 personas que habían sido invitadas.
Saludó a la multitud congregada al otro lado del Río Bravo, llamado Grande en Estados Unidos, bajo la mirada vigilante de los agentes de la patrulla fronteriza. Por ser el cruce más vigilado de la frontera es el de menor flujo para la inmigración sin papeles pero es, a la vez, el principal cruce de las drogas que viajan desde Colombia y otras zonas de Latinoamérica para que lleguen a los consumidores de Estados Unidos.
El primer gesto de Papa había comenzado, gestos sencillos y poderosos, mirando hacia un país que está en pleno debate para elegir a los candidatos que optarán a las elecciones presidenciales -en donde destacan extremistas en temas de inmigración como los republicanos Donald Trump y Ted Cruz- y que cada día deporta a inmigrantes indocumentados hacia México, centenares de ellos los deja varados en Ciudad Juárez.
Su último acto en México, tras su gira de seis días por varias ciudades del país cuestionó fuertemente al poder político y al clero (aunque obvió directamente un tema al que en el pasado se había referido con contundencia y rechazo: la pederastia y los abusos sexuales que cometió el fundador de los Legionarios de Cristo, el padre mexicano Marcial Maciel, entre otros sacerdotes).
Francisco denunció los temas claves de un México herido como nunca se ha atrevido ningún Papa y menos un jefe de estado como él lo es del Vaticano. Ofreció soluciones para reconstruir un país con esperanza pero azotado por la desigualdad social, la opresión contra los pobres e indígenas, la corrupción, el narcotráfico y la violencia.
Estrechó su mano a reos de la prisión del Cereso estatal número 3, donde sigue controlado por el crimen organizado. En él están encarceladas personas pobres que canalizaron la falta de oportunidades en adicción a las drogas y violencia. Muchas de ellas son inocentes convertidos en culpables. Yo no pude asistir a este evento, sólo pude acceder a la misa, pero aquí os muestro la foto que tomé en el área de máxima seguridad meses después de producirse un motín donde murieron veinte prisioneros en una reyerta para que os hagáis una idea del espacio que no se vio en la visita del Papa: http://juarezenlasombra.blogspot.mx/2009/11/tranquilidad-tras-20-prisioneros.html
El Papa les pidió a los reos que "hablen con los suyos, cuenten su experiencia, ayuden a frenar el círculo de la violencia y la exclusión" mientras cuestionó el sistema de encarcelamiento alejado de la rehabilitación.
Sostuvo un encuentro con empresarios, gerentes de las fábricas maquiladoras y políticos donde los sacudió con mensajes como:
"¿Qué quiere dejar México a sus hijos? ¿quiere dejarles una memoria de explotación, de salarios insuficientes, de acoso laboral o de tráfico de trabajo esclavo?".
"Esta pobreza y marginación es el mejor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia. No se puede dejar solo y abandonado el presente y el futuro de México".
"Todos tenemos que luchar para que el trabajo sea una instancia de humanización y de futuro, que sea un espacio para construir sociedad y ciudadanía.... que va a transformar en una cultura capaz de promover espacios dignos para todos".
Recorrió las avenidas principales de Juaritos que, durante la llamada guerra contra el narco del ex presidente Calderón, fueron escenario de asesinatos impunes (más de 11 mil en cinco años que dejaron a más 14 mil niños huérfanos) y que fueron acondicionadas con pintura y brea para cubrir los enormes baches antes de su llegada: en una ciudad donde el 40 por ciento de las calles son caminos de terracería y arena del desierto.
@JudithTorrea |
Cuando Francisco llegó al punto donde celebraría la misa poco después de las 4 de la tarde, lo llevaron muy rapidito en su vehículo sin que hubiera oportunidad para estrechar su mano con los fieles. Estos lo habían esperado durante varias horas con sed (se prohibió hasta la entrada de botellines de agua) y bajo ese sol de desierto que quema. Tampoco pasó por el pasillo más cercano al área que fue asignada para varias mamás de niñas desaparecidas, en la última zona con sillas, la roja C3.
@JudithTorrea |
La primera zona fue ocupada por autoridades, constructores y empresarios con sus familias. Delante de ellos, se improvisó una hilera con niños enfermos y con capacidades diferentes, algunos de ellos escogidos al azar entre los que esperaban bajo el sol del desierto donde se batió el récord de calor, 29 grados centígrados, en pleno invierno.
El Papa Francisco, al fondo, en el altar oficiando la misa junto a más de 300 sacerdotes./@JudithTorrea |
Como él, el Papa llegó a una ciudad dolor que fue considerada la más peligrosa del mundo. Donde no se han solucionado las causas que la provocaron. Continúan los asesinatos, aunque en menor medida, y las desapariciones. Sufre todas las consecuencias de la llamada guerra contra el narco en un clima de impunidad, que dejó más de 11 mil personas asesinadas en cinco años y más de 14 mil niños huérfanos; realidades que las autoridades olvidan en su propósito de cambiar la imagen de la ciudad antes que su realidad:http://juarezenlasombra.blogspot.mx/2016/02/borran-cruces-simbolo-del-feminicidio-o.html
Francisco señaló que la injusticia se radicaliza entre los más jóvenes, que se convierten en carne de cañón perseguida cuando tratan de salir de la espiral de violencia.
El tema central de su homilía fue la inmigración, como problema global.
"No podemos negar la crisis humanitaria que en los últimos años ha significado la migración de miles de personas".
"Esta crisis que puede medirse en cifras, nosotros queremos medirla por nombres, por historias, por familias".
"Son la pobreza y la violencia -del narcotráfico del crimen organizado- las que expulsan a hombres y a mujeres".
"Los vacíos legales tienen una red que atrapa y destruye siempre a los más pobres".
"Esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos hermanos nuestros son fruto del negocio del tráfico humano". "!Y qué decir de tantas mujeres a quienes les han arrebatado el don de la vida".
En una ciudad que sufre las desapariciones de niñas pobres y feminicidios desde hace veintiún años, éste fue el único momento a las que se refirió a esta tragedia, junto con otro en el que nombró la palabra "desaparecidos": una realidad que los tres niveles de gobierno ha querido ocultar durante décadas pero que revivió al cuestionarse internacionalmente a las autoridades mexicanas por la desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa (Guerrero), que forman parte de la cifra oficial de 27 mil 659 desaparecidos desde el 2007 hasta diciembre del 2015, según datos oficiales. Las cifras de diversas organizaciones quintuplican esta cifra.
Fieles participando en la misa del Papa Francisco en Juárez. Al fondo, la montaña de El Paso, Texas./@JudithTorrea |
"En lo espiritual me deja satisfecha sólo el hecho de haber estado ahí. Me tocó comulgar. Se esperaba que les diera un buen jalón de orejas al gobierno para que ponga fin a lo que ha pasado", afirma la mamá de Jessica Ivonne Padilla Cuéllar, desaparecida a los 16 años.
"A mi la fe no la fortaleció mucho mi Papa. Me quedo con lo que yo soy, pero sí hay algunas personas que no tienen esa fe tan arraigada, salieron diciendo que no sirve de mucho esta visita. Todo el mundo (las víctimas) esperaba que fuera más contundente con la realidad de desapariciones, asesinatos y feminicidios que estamos viviendo en Juárez. Al Papa le faltaron agallas, ganas o no lo dejaron en Juárez", recalca.
Anita sintió que el Papa "estuvo controlado por el político, donde ni siquiera el Papa, que es la máxima autoridad espiritual sobre la tierra, pudo Ciudad Juárez respetar. Fue prácticamente un fraude. Porque lo manipuló una vez más el gobierno, donde les quitó este espacio a personas víctimas de violencia".
Silvia, mamá de Fabiola Janeth Valenzuela Banda desde el espacio que le asignaron para seguir la misa./@CortesíaMamás |
Silvia es la mamá de Fabiola Janeth Valenzuela Banda, desaparecida a los 18 años de edad un 23 de agosto de 2010. Tiene 42 años y es madre de cinco hijos. Las autoridades le entregaron hace cuatro años unos huesos que nunca vio. Pide una exhumación porque siente que lo que enterró no es su hija y madre de su nieto (como les ha sucedido a otras mamás de desaparecidas, que recibieron huesos pensando que eran los de su hija, pero no era).
"A veces pienso que estoy pecando, diciendo lo que siento, que no fue como en Morelia o en Chiapas. En Juárez pasó bien recio, hubo pasillos donde él pudo saludarnos, darnos la mano y no lo hizo. Las palabras fueron muy bonitas escucharlas y en sí no nos dijo una palabra de aliento para nosotras. Habló y pluralizó todo, y tal vez yo sentí mal, que nos iba a dar un mensaje una bendición para darnos más aliento y seguir esperando".
"Si el Papa se prestó, entonces ¿a quién recurrimos, si no es a él a quién siempre le pedimos, le rezamos? ¿Por qué con los presos (además de los políticos) sí tuvo tiempo de saludarlos? Algo pasó en Juárez, tal vez algo le hayan dicho. Quizá estaba esperando a que nosotras nos levantáramos e hiciéramos algo, y por respeto no quisimos".
Varias mamás, al menos cinco, tuvieron menos suerte que ellas, como miles de personas que se quedaron sin poder acceder a pesar de poseer los boletos que se habían distribuido gratuitamente por las iglesias. Y ni tan siquiera pudieron entrar al recinto donde se celebraba la misa. A pesar de que acudieron para las 11 de la mañana al recinto, sus asientos estaban ocupados. En la zona roja C3, un agente señaló que el gobierno había duplicado los boletos, mientras al menos trescientas se quedaron sin acceder por aquel acceso.
"Vine con esperanza, no más esperando la bendición y pedirle fuerza. No puede ser que el gobierno no nos permita el acceso a nuestra fe", comenta Marta, mamá de la pequeña Esmeralda Castillo Rincón, desaparecida a los 14 años de edad, el 19 de mayo de 2009.
Estaba acompañada de su esposo José Luis, que el día anterior se manifestó silenciosamente delante del gobernador César Duarte, que participaba en un evento donde se presentaba un documental para mostrar la recuperación de Juárez ante la prensa, entre otras autoridades. El suceso no fue noticia en los diarios locales, a pesar de que estaban presentes. (http://juarezenlasombra.blogspot.mx/2016/02/la-guerra-en-juarez-por-el-papa.html).
"Aunque no pude entrar, me hubiera gustado que el Santo Padre hubiera saludado a alguna de las víctimas de la violencia", afirma el papá de Esmeralda Castillo.
Luz María Dávila, en el centro, esperando a que pasara el Papa junto a varias madres de estudiantes asesinados en la masacre de Villas de Salvárcar/@FotoJudithTorrea |
Luz María Dávila perdió a José Luis Piña, de 16 años junto a Marcos, de 19 que trabaja con ella en la maquila y en las tardes estudiaba Relaciones Internacionales en la universidad. Son sus dos únicos hijos, enterrados en dos ataúdes: aesinados el 30 de enero de 2010 en la masacre de Villas de Salvárcar, donde murieron 15 personas, la mayoría estudiantes: http://juarezenlasombra.blogspot.mx/2010/02/velatorio-de-dos-hermanos-dos-primos-16.html
La mujer que explotó su dolor ante al ahora ex presidente Felipe Calderón, reclamándole su guerra contra el narcotráfico y le pidió que se disculpara por llamar a sus hijos pandilleros, llegó a las 9 de la mañana al recinto donde se iba a celebrar la misa. Lo hizo en un vehículo de la Fiscalía junto con su esposo, y unos 30 familiares de la masacre.
Aunque les dieron boletos para la zona roja B2, bastante más adelante que las mamás de las desaparecidas, aún así para ellos era complicado divisar al Papa en la misa.
"Ahí donde estaban los políticos, íbamos a estar nosotros. Yo sé que enfrente estuvieron las esposas de los políticos y los hijos. Yo sentí que hicieron menos a uno, y el Papa vino a lo que vino y siento que no lo dejaron. Según esto el Papa no quería políticos enfrente".
"El Papa no habló de las víctimas. Siento muchos sentimientos encontrados. La homilía fue muy ligera. Le faltó mucho al Papa: acercarse más a la gente, como lo hizo en Chiapas, en Michoacan. Me hubiera gustado saludarlo de la mano, recibir su bendición", agregó.
"Aunque ellos quieren cambiar la imagen de Juárez, que no pasa nada, nunca va a ser así, porque todo se refleja. ¿Cuándo se va a acabar la violencia? nunca mientras haya políticos que manden a a la fregada a la gente. Por eso Juárez está como está".
Cuando el sol de Juaritos comenzó a jugar con los colores del cielo, el Papa Francisco, el jesuita y argentino Jorge Mario Bergoglio, recitó el poema Hermandad del escritor mexicano Octavio Paz. Para después decir:
"Me atrevo a sugerir que aquello que nos deletrea y nos marca el camino es la presencia misteriosa pero real de Dios en la carne concreta de todas las personas, especialmente de las más pobres y necesitadas de México. La noche nos puede parecer enorme y muy oscura, pero en estos días he podido constatar que en este pueblo existen muchas luces que anuncian esperanza".
El atardecer sonríe juguetón a los naranjas, ocres y rojizos, bajo la mirada de una luna que se asoma. Cuando miles comienzan su periplo para ver cómo regresan a sus casas, con el peso de su dolor y sus ausencias, recuerdo la frase de Francisco, más pastor que profeta, más humano:
"Sentí ganas de llorar al ver tanta esperanza en un pueblo tan sufrido".
Es lo que siento en mi Juaritos, tan sabia. La que me inspira.
Ahora habrá que ver si, especialmente, los políticos y los empresarios tomaron nota o si sólo se acercaron a Francisco para tomarse la foto con un Papa.
Extraordinario,estàs dentro del ajo,lograste referencia acertada. La visión debe ser general...el que sea cofrade que tome vela,
ResponderEliminarFermin
De lo mejorcito que he leído sobre la visita del Papa. Abrazo de solidaridad para las mamás de desaparecidas y las víctimas de la guerra del narco. El Papa Francisco les dio su bendición, general, hizo lo que pudo, quizá lo que le dejaron.
ResponderEliminarReflexión valiente, sentida, profunda, solidaria y sincera. Yo quiero pensar que no le dejaron. Mucho ánimo a ti Judith y a todas las mamás de las mujeres y niñas desaparecidas en Juárez.
ResponderEliminarConsidero que debemos dejar a un lado las ideas de que al Papa no lo dejaron expresarse libremente, como si fuera posible eso, el problema es que la cultura del rumor es la que ha hundido a la sociedad mexicana. Recordemos que el Papa es un jefe de Estado, no solamente un líder espiritual, entonces él también tiene una agenda política que cumplir. No es tonto, como para que el gobierno de México le hubiera impuesto una agenda y un discurso, tan es así que habló de temas sensibles como la corrupción de los gobernantes, la explotación de los trabajadores, de narcotrafico, de la violencia, de la familia y su descomposición, de los desaparecidos, justo este tema es el que provocó la molestia de sectores sociales, ya que la referencia fue genérica y no especifica; lo cierto es que él se solidarizo con los familiares de los desaparecidos y víctimas de la violencia desatada en este país; parece que a nunca estamos conformes con nada y eso es triste, porque demostramos que seguimos siendo una sociedad que no escucha lo que no le gusta. Además, el mismo Papa señaló que él no venía a solucionar los problemas que aquejan a nuestro país, entonces porque el desencanto de los familiares de los desaparecidos y victimas de la violencia, que exigían una mención y trato especial por parte de él.
ResponderEliminarValentía hay que tener para expresar y publicar el sentir de estas víctimas de violencia y las madres de desaparecidas por un Papa. En Argentina durante la dictadura de Videla Francisco no fue el mejor de los obispos, su posición no fue firme contra las atrocidades de las desapariciones.
ResponderEliminarestoy admirado por vuestro relato. Como Argentino sigo la actividad del Papa y he quedado conmovido ante este impecable relato de una dolorosa realidad.Los medios me enseñaron que juarez es muy peligroso pero nunca habìa leido un relato tan claro, directo, profundo y lleno de sabidurìa. No bajen los brazos y valor al publicar esto. Muchas gracias. lo comparto en mi red social en Argentina.
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