Unos se van (también en ataúdes) y otros llegan en uniforme

Para llegar al nuevo mando de la Policía Federal en Ciudad Juárez hay que sortear varias calles de un complejo de fábricas maquiladoras (que crean la riqueza del primer mundo a salarios del tercero mirando, literalmente, hacia Estados Unidos). Encontré el lugar porque al fondo vi varias unidades de los 5 mil policías federales que desde hoy, jueves 8 de abril, patrullan las calles de la ciudad más peligrosa del mundo uniéndose a los 2.800 policías municipales.

Para entrar tuve que presentar mis documentos a un agente de seguridad de una empresa privada que estaba recostado en un letrero que decía: "Operadores de producción. Turnos especiales. Requisitos... Ofrecemos...". Ahí lo pueden ver, más o menos, en la foto.

Los trabajadores acudían a su trabajo. Algunos temerosos en una ciudad de retenes constantes de los soldados desde que comenzó la llamada guerra contra el narcotráfico del presidente de México Felipe Calderón con el Ejército.

"Los militares no hacen ni madres (nada) y los federales extorsionan", me comentó una obrera que dice haber sufrido una extorsión por los policías federales que le pidieron que "cooperara" o le quitaban el vehículo porque su autómovil no traía placas (matrícula), semanas antes de que termine el plazo oficial para regularizar este tipo de vehículos llamados coloquialmente ¨chuecos¨.

Los detalles de la nueva estrategia estaban a punto de anunciarse en una rueda de prensa, entre los escasos periodistas invitados. Por Facundo Rosas, el comisionado de la Policía Federal en Juárez. Sin el alcalde de Ciudad Juárez. Sin ningún miembro de la Operación Coordinada Chihuahua (el nombre local para esta guerra).

En resumen: entre los 5 mil policías federales, según Rosas, habrá un operativo de 412 elementos que tendrán 4 aeronaves, 8 vehículos blindados y 9 motocicletas. En una ciudad con más de 5 mil asesinatos en los últimos dos años y más de 650 en estos tres meses y una semana de este año.

No se conoció más. Facundo Rosas se enfadó ante las preguntas de los reporteros y salió de la sala.

A las 11 de la mañana el alcalde de Ciudad Juárez, José Reyes Ferriz (PRI), en la sesión de Cabildo, despidió con agradecimiento a los altos mandos de 1.200 militares, que han sido reemplazados por los 5 mil federales, y que ahora se unirán con sus 3.800 compañeros destinados en el operativo de la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.

"Me siento profundamente honrado de decirles a título personal y a nombre de la comunidad juarense se llevan la sincera gratitud de los juarenses", afirmó el alcade de Ciudad Juárez, entre otras alabanzas.

Fuera de la Presidencia Municipal se respiraba otro sentimiento, lejano al de la esperanza de algunos sectores de la sociedad juarense con la que el Ejército Mexicano fue recibido hace dos años. Ahora, con la llegada masiva de policías federales, el escepticismo y el temor es lo que marca el ambiente.

Hace unas horas que fueron acribilladas 6 personas en la colonia Infonavit Juárez y dos de ellas resultaron heridas. El cuerpo de una mujer apareció mutilado en al canal de irragación a unos cien metros del Puente Internacional Zaragoza, uno de los tres que separan Ciudad Juárez de El Paso, Tejas, la segunda ciudad más segura de EE.UU. Dos hombres más fueron asesinados, hasta el momento, en el día de hoy en el que los 5 mil federales se estrenaron con la Policía Municipal.

Pero en los medios informativos de México la noticia es otra. Siguen con Paulette -una niña, de origen judío, que desapareció en una de las colonias más exclusivas de la Ciudad de México y fue encontrada asesinada en su casa-. El país vive su muerte como si se tratara de un "reality show" estadounidense con periodistas convertidos en jueces. En Ciudad Juárez han sido asesinados 27 menores en este año. Unos 200 desde que comenzó la llamada guerra contra el narcotráfico hace dos años. Y hay unos 10 mil niños huérfanos por esta guerra. Ayer, por ejemplo, vi a dos niños muertos del miedo. En la colonia División del Norte. La pequeña, de unos 9 años de edad, viajaba con su padre que fue ejecutado mientras manejaba y perdió el control de la camioneta. Parecía herida. El otro chico, de unos 10, resultó ileso. Al menos, en la teoría.