Llegó el primer aniversario del asesinato impune de Marisela, la mamá de Rubí, y él decidió convertir su coraje y rabia en letra y música. Sus dos hijos acordaron que él (por seguridad) no la iba a interpretar sino ellos, y su esposa se convirtió en su productora: le guiaba en las estrofas para que no afectaran la sensibilidad de la familia de Marisela. También, en las fotos que escogían para una presentación multimedia.
Así comenzó el corrido para Marisela Escobedo. Desde San Diego (California) hasta Juaritos, México: el que les duele desde la distancia de haber tenido que emigrar y que cada vez, lo reconocen menos.
Félix nació en el estado de Nayarit hace 55 años en una comunidad campesina indígena Cora. Para poder llegar a los Estados Unidos pasó por túneles oscuros, agua y lodo. También, en un remolque con otras 25 personas donde pensó morir. Trabajó piscando fresa, lavando platos restaurantes, aprendió inglés y pudo tener su taller automotriz. Desde que se jubiló hace un año de su chamba, compone corridos: es su manera de expresar su inconformidad, su dolor.
"Siento desánimo por México, me repugna la política de los partidos oficiales que han llevado a México a la ruina. Siento coraje por los niveles de barbarie, un México convertido en un cementerio de frontera a frontera. Acá los gringos han sido inteligentes y para acá todos los millones que deja el narcotráfico no ve ese tipo de violencia", me comenta Félix vía telefónica.
Y él, con su familia, sabe transmitirlo en un corrido para Marisela Escobedo, a la que nunca conoció en persona, pero lloró con su asesinato el 16 de diciembre del 2010 delante del Palacio de Gobierno del estado de Chihuahua. Ella exigía justicia, que el asesino de su hija Rubí, de 16 años, fuera a la cárcel. Pero sólo hay más injusticia, asesinatos impunes, desapariciones y corrupción como señala el corrido: