martes, 15 de enero de 2013

Marcha por la Vida y la Justicia de las mamás y papás de desaparecidas: tras enterrar los dos huesos de Beatriz Alejandra




En una rutera (bus) camino hacia el panteón de San Rafael comenzaron a preparar su Marcha por la Vida y la Justicia. Llamaron a sus hijos en celulares prestados -porque los suyos ya no tenían saldo- para que cuidaran a sus hermanos pequeños, mientras ellas comenzaban a caminar  de Juárez a la ciudad de Chihuahua (a unas cuatro horas en carro y unos siete días andando por el desierto a temperaturas bajo cero y sin ropa de abrigo, ni calzado apropiado ni nada para comer ni dinero).

"No sé qué irá a pasar, pero aquí vamos. No llevamos nada, vamos a la deriva como nuestras hijas cuando desaparecieron... ahorita en una caminata para presionar que se nos haga justicia y se nos entregue lo que tienen (los restos de desaparecidas) en el Semefo porque nos están entregando gota a gota y es más el sufrimiento que tenemos nosotros y más la angustia que vivimos día a día", dice Berta, mamá de Brenda Berenice Castillo García que desapareció el 6 de enero de 2009 a los 17 años de edad (http://juarezenlasombra.blogspot.mx/2013/01/como-sobrevive-un-nino-de-4-anos-de.html )

El objetivo: exigir al gobernador priísta de Chihuahua, César Duarte Jáquez que haga su chamba: encuentre vivas a sus hijas desaparecidas -un círculo de indiferencia de las autoridades e impunidad que se lleva repitiendo desde hace veinte años en Ciudad Juárez- y el Servicio Médico Forense (Semefo) entregue de una sola vez las más de 138 desaparecidas en esqueleto que las mamás -convertidas en investigadoras- aseguran que las autoridades ocultan. Y si éste no les recibe en el Palacio de Gobierno de Chihuahua o no encuentran los resultados que demandan, seguirán caminando hasta la Ciudad de México, en busca del presidente Enrique Peña Nieto, también del PRI.

La rutera sigue el coche fúnebre con el ataúd que contiene los únicos dos huesos de unos cinco y ocho centímetros que le entregaron -tras casi un año en el Semefo- a Ana María, la mamá de Beatriz Alejandra Hernández Trejo, envueltos en una bolsita de papel como las que se utilizan para el pan dulce (aquí tenéis la única entrevista y fotos que realizó http://juarezenlasombra.blogspot.mx/2013/01/ana-con-los-dos-huesos-de-su-hija.html).

La paciencia de las mamás con las autoridades ha llegado a su límite. Si en febrero del año pasado, quisieron confiar en las promesas del gobernador Duarte y accedieron a finalizar a los cuatro días una protesta con el ataúd con los huesos de Jessica Leticia Peña en la Fiscalía, ahora ya no creen nada.
(http://juarezenlasombra.blogspot.mx/2012/02/un-ataud-en-la-fiscalia-con-los-huesos.html  y
http://juarezenlasombra.blogspot.mx/2012/02/en-juaritos-las-desaparecidas-aparecen.html).

El haberse unido las mamás en un Comité de Madres y conocer a otras que llevan más de 15 años buscando a sus hijas, el dolor de ver la nueva estrategia de entregar huesos poco a poco para que quizá la noticia no de la vuelta al mundo como cuando el caso del Campo Algodonero, se une a las mismas respuestas de las autoridades incompetentes que siempre negaron la problemática y que nunca se marcharon de la política como el ex gobernador Patricio Martínez, ahora senador por el PRI, y mano derecha del actual gobernador César Duarte, preocupados más por la imagen de Ciudad Juárez que por la realidad.

"No hay ningún tipo de investigación", afirma Francisca Galván, asesora jurídica del Comité de Madres. "Lo que nosotras estamos percibiendo es que le sale al gobierno de Duarte más barato entregar cuerpos porque es como si lo archivara y les diera carpetazo. No  hay ni una línea de investigación, ni un responsable detenido, no hay justicia".


Los dos niños de Beatriz Alejandra Hernández Trejo - desaparecida el 27 de abril de 2010 en la zona centro de Juárez, a los 20 años de edad, cuyos restos fueron encontrados el 20 de enero de 2010 en el militarizado Valle de Juárez y entregados un año más tarde- asisten al entierro de su mamá que casi se pospone cuando la familia estaba en el funeral porque la Fiscalía no había realizado correctamente el trámite y la funeraria recibió órdenes de devolver el cuerpo al domicilio, según me comenta Oscar Cardoza, el encargado del servicio fúnebre.  Irving Alberto, tiene 6 años y Kevin Alejandro, 4.



Y si su mamá pudo enterrarse tras el funeral, fue porque Karla, la mamá de Cinthia Jocabeth Castañeda García, desaparecida a los 13 años de edad y José Luis, el papá de Esmeralda Castillo -desaparecida a los 14 años-, llamaron al Fiscal Ernesto Jáuregui para decirle que si en diez minutos no llegaban con la documentación que faltaba para enterrar a Beatriz Alejandra, comenzarían un plantón en la Fiscalía con el ataúd. Y en menos de diez minutos y sin papel, el encargado del servicio fúnebre recibió una llamada y avisó que todo estaba solucionado y partían al panteón de San Rafael.

"Estamos determinadas a todo. Vivimos la peor de las torturas, para nosotras no hay frío ni hambre. Estamos muertas en vida", afirma Karla, de 30 años, la mamá de Cinthia Jocabeth Castañeda y de cuatro niños más.


Minutos después de enterrar a Beatriz Alejandra Hernández Trejo, las mamás de Brenda Berenice Castillo García, la de Gabriela Espinoza y la de Cinthia Jocabeth Castañeda y el papá de Esmeralda Castillo Rincón comenzaron la marcha acompañadas de la asesora jurídica Francisca Galván. Al día siguiente, se incorporarán la mamá y la tía de Nancy Navarro, de Griselda Murúa López, de Jessica Padilla y el papá de Mónica Janeth Alanís Esparza. Y poco a poco, más mamás que no tuvieron el dinero de la ruta para llegar hasta el entierro.  (De los casos en concreto, pueden leer extensivamente en este blog, de algunos desde los dos días de su desaparición como el de Nancy Navarro. http://juarezenlasombra.blogspot.mx/2011/07/desaparecida-nancy-navarro-18-anos-sin.html




****En veinte años de desapariciones de mujeres pobres y bellas en Ciudad Juárez, nunca un grupo de mamás había realizado una caminata desde Juárez a la capital del estado, Chihuahua, para pedirle cuentas al gobernador. La protesta similar fue la de Marisela Escobedo, mamá de Rubí, que fue asesinada en el vigilado Palacio de Gobierno de Gobierno. 

Si al leer estas líneas, se pregunta por qué desaparecen las mujeres en Juárez desde hace veinte años, les daré la misma respuesta que hace diez años, cuando escribí este reportaje en el diario El País, de Madrid. Lo único que ha cambiado es que sus protagonistas ya no están, fueron asesinados o tuvieron que pedir asilo en Estados Unidos.  http://elpais.com/diario/2003/07/13/domingo/1058068356_850215.html
Me permití remitirles a este reportaje de hace diez años porque no me gustaría escribir nunca la situación de las desapariciones en Juárez en 30 años. Y darme cuenta que nada ha cambiado. Sólo el horror.

lunes, 14 de enero de 2013

Ana, con los dos huesos de su hija Beatriz Alejandra Hernández Trejo (mamá de dos niños) en un ataúd. Y sin flores ni justicia

Ana vela a su hija Beatriz Alejandra Hernández Trejo en su casita


A un costado del cuartito de bloque donde se vela a Beatriz Alejandra Hernández Trejo hay un hueco para una puerta que se cubre con un plástico duro que intenta esquivar el frío intenso de estos días. Y un ataúd blanco: dos huesos, de unos ocho y cinco centímetros. En una cajita de cartón. Envueltos en una bolsa de papel, como las que se utilizan para envolver el tradicional pan dulce mexicano.

Es lo que queda de Beatriz Alejandra Hernández Trejo, desaparecida en el centro de Juárez el 27 de abril de 2010, a los 20 años de edad, cuando se dirigía a un entrenamiento laboral. Sus restos se entregaron a Ana, su mamá, en el anonimato del domingo: sin que la Fiscalía anunciara el hallazgo como lo hace cuando se encuentra a una joven que se fue por su propia voluntad. Quedan sus huesos y sus dos niños: Irving Alberto, de 6 años y Kevin Alejandro, de 4.

"Nunca esperé que me entreguen a mi hija en pedazos. Yo quería a mi hija viva, completa", me dice Ana María Trejo, de 42 años y madre de tres hijas.

"Lo único que me están entregando son dos huesos, nada más... Una parte del fémur y otra de la cadera. El resto no lo han encontrado. Yo lo único que le pido a las autoridades es que no desaparezcan nuestras hijas. Se busquen vivas a las desaparecidas. Que se haga justicia. No es justo que estemos pasando esto, no es justo que le hagan lo mismo a otras mamás".





Los huesitos de Beatriz Alejandra Hernández Trejo permanecían en el Semefo (Servicio Médico Forense) desde hace casi un año, desde el 20 de enero de 2012, que se hallaron junto a otros restos de mujeres -que desaparecieron en el centro de Juárez- en el militarizado Valle de Juárez.  Mientras Ana, su madre, la seguía buscando e intentaba tranquilizar a los niños de su hija por su ausencia.

"Les había dicho que su mamá andaba trabajando y que iba a conseguir dinero para venir a vernos y para estar con ellos. Eso fue lo que mis niños siempre supieron, ellos estaban con la ilusión de volver a ver a su mamá. Para mí estos tres años han sido muy difíciles, estarles explicando a mis niños... "

Como para otros niños. Según una fuente, 138 cuerpos de mujeres permanecen en el Semefo sin que se hayan entregado a sus familiares.




El atáud de Beatriz Alejandra surge en un cuarto desolado sin flores: un hogar donde hay que elegir entre comer todos los días o tener leña para calentarse. Es una casita situada en una calle sin pavimento, de arena, de la colonia Granjas de Chapultepec.  Aquí se vela a esta joven con mucho amor, solidaridad. Con lo mejor del ser humano en la atrocidad de despedir a un hija desaparecida convertida en huesos.

Son ellas. Las mamás de desaparecidas y víctimas de feminicidio que no dejan que otras se derrumben. Están acompañando a Ana, la mamá de Fabiola Janeth Valenzuela Banda, de 19 años, que enterró a su hija hace un año.
La mamá de Jessica Leticia Peña, de 15, que dejó de protestar con el ataúd de su hija en la Fiscalía cuando el gobernador César Duarte le prometió en febrero del 2012 todo lo que no ha cumplido.
Están las mamás de Cinthia Jocabeth Castañeda, desaparecida a los 13 años de edad, la de Janira Fraire, Paula Janeth Soto Betancourt, Gabriela Espinoza Ibarra, Brenda Ivonne Ponce Sáenz, Jazmín Ibarra Apodaca, Claudia Antonia Nuñez, entre otras.
Todas han llegado a la casita tras varias horas en las pésimas ruteras de la ciudad, el único transporte público, algunas dejando a sus hijos encargados con vecinas y empleando los últimos pesos que les quedaban. Unas reviven el dolor de sus pérdidas. Otras, ruegan al universo que las suyas no terminen como las hasta ahora aparecidas en veinte años de feminicidios en Juárez.

"Estamos viviendo la misma situación, yo no espero estar así como ella, yo quiero verla viva de nuevo",  me comenta María de los Angeles, mamá de Janira Frayre Jáquez, desaparecida a los 15 años de edad el 16 de junio de 2010 en la zona centro, y de dos niñas más.

"Me da miedo  el saber que quizá me suceda lo mismo y yo siempre pido a Dios que me de fuerzas para poder afrontar a lo que sigue. Entiendo a Ana, en la situación en la que ella está ahorita y no quiero vivir eso. Espero que nunca me vaya a pasar. Prefiero vivir con la esperanza de que la voy a ver", añade.

El martes, Beatriz Alejandra Hernández Trejo será enterrada en la más estricta intimidad por deseo de la familia. Poco antes, las mamás tienen agendada una reunión con el secretario del gobernador de Chihuahua para pedir reunirse con el gobernador y mostrarle que "no se han cumplido sus promesas". En ese momento, Ana Trejo comenzará otra lucha:

"Yo no me voy a quedar tranquila hasta que encontremos a los responsables, hasta que no se haga justicia".

Y todas las mamás, le seguirán. En lo que decidan para presionar a que las autoridades hagan su chamba, ni más ni menos.


domingo, 6 de enero de 2013

Cómo sobrevive un niño de 4 años de edad a la desaparición de su mamá, al mes de nacer, en el Día de Reyes

Kevin Gustavo, hijo de Brenda Berenice Castillo García, se refugia en el abrazo de su abuela Bertha Alicia junto con otros familiares de jovencitas desaparecidas en Ciudad Juárez 


Unidad Especial de Investigación de Personas Ausentes y/o Extraviadas de la Subprocuraduría de Justicia 
Brenda Berenice Castillo García, de 17 años, que fue vista por última vez en la zona centro (el 6 de enero de 2009) vestía pantalón de mezclilla de color azul, bufanda de color café, chamarra blanca con gorro y zapatos de color rosa.  *



Han pasado cuatro años. El tenía un mes. En aquella edad donde alcanzó a sentir el amor mágico de una madre. En los senos para nutrirse con el alimento de la vida. Hasta que Brenda Berenice desapareció. Y llegó la leche de fórmula en biberón. Con las pesquisas de búsqueda que conviven con juguetes en una infancia de ausencias.
 


* Características:
Estatura:1.65 metros aprox.  
Complexión: delgada 
Tez: morena                                                                
Ojos: café claros, de tamaño mediano y tipo redondo. 
Cejas: delgada y arqueada. 
Nariz: mediana, tipo recta
Boca: grande y labios de tamaño regular
Cabello: de color negro, lacio, y de longitud hasta debajo de los hombros. 


El rostro angelical de Kevin Gustavo surge ahora en los brazos de su abuela Bertha Alicia García. Como un reflejo en las figuras de los Reyes Magos en la Catedral de Ciudad Juárez. En primera fila. Como todos los días de reyes desde que nació. En una jornada mágica para los niños, donde los imposibles se convierten en posibles en forma de regalos. En el que espera que los Reyes le devuelvan a su Reina, como llama a su mamá.
Asiste a una misa, sin que el sacerdote se refiera a los familiares de muchachas desaparecidas que están congregados acompañando en sus súplicas al pequeño Kevin y Bertha Alicia con seis de sus siete hijos. Sólo falta Bruno, el papá de Brenda Berenice Castillo, que consiguió una chambita de unas horas como albañil y que tuvo que aceptar: la familia vive en una casa prestada que está en venta, sin calentón para el frío intenso de estos días, ni agua porque se la cortaron al no poder pagarla.
Y Kevin dice que ya su Reina va a llegar, que le va a traer muchos dulces, unos chocolates.
Pero no llega. Aún.



"Para mí este día es el más triste. Es el último día que miré a mi hija. No hay Reyes Magos ni Navidad", dice Bertha Alicia, de 45 años, mamá de Brenda Berenice Castillo García.

"Le he pedido al Señor que nos ayude a todos, ya saben las autoridades dónde está mi hija (en abril del 2011 supo donde estaba, pero dice que prefiere no desvelarlas públicamente para no entorpecer las investigaciones, aunque está a punto de dar un ultimatum a las autoridades por sus nulos resultados) y Dios quiera que me la traigan dónde quiera que esté".

"Te vuelves loca desde el primer momento (de la desaparición), no hayas qué hacer, te desesperas. Hoy a ver si mi Dios me hace un milagro y me de esa felicidad de saber algo de ella".


Bertha, mamá de Brenda Berenice, es consolada por su hija Saray a la salida de la Catedral, junto a la Misión de Guadalupe. En el fondo, el papá de Esmeralda Castillo, desaparecida el 19 de mayo de 2009

Es 6 de enero. De hace cuatro años. 11 de la mañana. Brenda Berenice Castillo García, de 17 años de edad y mamá de Kevin Gustavo, de un mes, sale de la casita en la que viven temporalmente en el fraccionamiento Finca Bonita rumbo a la zona centro. Toma la rutera Juárez-Zaragoza que se para enfrente de su hogar para dirigirse a la joyería Soto, que colinda con el Mercado Juárez.

"Dicen que no llegó. Sólo Dios sabe", asegura Berta Alicia, la mamá de Brenda Berenice.

Y la busca. Investiga. Y ahora entrega pesquisas con la foto de su hija y los datos de su desaparición. Lo hace acompañada de otras mamás como la de Griselda Murúa López, Esmeralda Castillo, Nancy Navarro, Gabriela Espinoza, Bianca Loera, Lupita Montes, Grisel Ventura Rosas, Paula Ivonne Aguirre, entre muchas.  Otras ya no pueden acompañarla en su lucha, como Marisela Escobedo, la mamá de Rubí, que fue asesinada enfrente del vigilado Palacio de Gobierno de Chihuahua el 16 de diciembre de 2010.



La mayoría de ellas, llegaron a Juárez en busca de sueños. Y la ciudad tragó a sus hijas.
Bertha Alicia arribó a los 8 años de edad, de Torreón, en el estado norteño de Coahuila. Su mamá había enviudado y decidió emigrar para sacar adelante a sus nueve hijos. Encontró trabajo como mesera en un restaurante y cuando Bertha Alicia creció, siguió sus pasos hasta trabajar en una fábrica maquiladora.

En estos cuatro años de búsqueda, ha sumado años, perdido kilos. Y piensa: "si mi hija estuviera, no anduviera con el pelo todo canoso. (A Brenda Berenice) le gustaba mucho peinar a las niñas (hermanas), y a mí me pintaba el pelo".

Y sonríe. Por no llorar.                                                         .

Abrazos solidarios de mamás de desaparecidas a Bertha Alicia, en el día que recuerda la  última vez
que vio a su hija. En un segundo plano, la mamá de Griselda Murúa. 
El dolor de tener a una hija desaparecida unió a padres como el de Esmeralda Castillo a presionar a las autoridades
para que hagan su trabajo.