miércoles, 22 de diciembre de 2010

Las mujeres del velo blanco: para ser vistas, escuchadas y no ser asesinadas por pedir justicia: como Marisela Escobedo

































































































Observadas. Les toman fotos. Les hablan, les piden sus datos: como si fueran periodistas que van a informar, pero son de la Secretaría de Gobernación de México.

"Yo sólo hago mi trabajo", contesta el hombre cuando un grupo de cuatro manifestantes lo descubre y le increpan. El se aparta. Guarda su cámara, su grabadora.

También, en el acto de protesta, está el vocero principal de la Fiscalía General del Estado, da vueltas, atento. Y otros periodistas que trabajan para el gobierno del estado de Chihuahua.

Ellas se tapan el rostro, con velos blancos: los "burkas" de las mujeres de Juárez para intentar sobrevivir en su lucha de búsqueda de justicia y no ser asesinadas como Marisela Escobedo. Y al esconderse, intentar que las vean, que las descubran en sus casi 20 años de lucha, de mujeres desaparecidas y muertas bajo el imperio de la impunidad. Una lucha que desde hace cuatro años se suma por la de también los miles de hombres, jóvenes y niños asesinados en la llamada guerra contra el narcotráfico del presidente de México Felipe Calderón.

Intentan cubrirse más. Dicen que el asesinato de Marisela, la mamá de Rubí, fue un crimen de estado.

Miércoles 22 de diciembre. Los ocres dejan paso a los naranjas del cielo grandote de Juaritos: es el atardecer. Desde la funeraria donde fue velada Marisela Escobedo comienza una manifestación hacia la explanada de la Fiscalía General del Estado, donde se encuentran cruces de madera rosa que desde hace años sugen para demandar justicia por las muertas asesinadas.

Y ellas llegan: muchas madres de desaparecidas que intentan sobrevivir cada día sin saber dónde han dormido sus hijas, si han comido o si están vivas o muertas. Ellas, como comenta Olga Esparza, la mamá de Mónica Janeth Alanis Esparza, estarían con Marisela en sus marchas por la justicia a no ser porque fue asesinada el pasado jueves delante del Palacio de Gobierno del estado, en la ciudad de Chihuahua, a unas 5 horas al sur de Juárez.

Quien no se cubre el rostro es Luz María Dávila, a la que le arrebataron sus dos únicos hijos en la masacre de 15 de Villas de Salvárcar, y quien en febrero le reclamó al presidente Calderón lo que nadie se atrevió a cuestionarle hasta el momento: su guerra.

"No tengo miedo, ya perdí todo...Pido justicia, que no maten más", dice Dávila.

En silencio. Con velas, niños, madres, esposas, abuelos. Unas 300 personas. Y ellas comienzan a gritar: "!Marisela, vive. La lucha, sigue!". Lo hacen sorteando los vehículos para no ser atropelladas, sin la protección de la policía de tránsito que sólo llega al final del recorrido de la manifestación.

Una cruz tejida de flores blancas tendida en la explanada de la Fiscalía. Gritan que el estado es un asesino, que renuncien las autoridades si no pueden. Cubren las escaleras de la Fiscalía con velas, con carteles que piden justicia.

Ella toma el micrófono. Se alza como vocera de las organizaciones civiles que se han unido a la marcha, están desde representantes del Comité Médico Ciudadano al Plan Estratégico de Ciudad Juárez, entre otros. Y habla:

"No hay justicia para las madres de los jóvenes de (las colonias de) Salvárcar o de Horizontes del Sur, ni para las mujeres asesinadas, ni las familias de las mujeres desaparecidas desde 1993, ni los hijos huérfanos o desplazados, ni para los que han sido secuestrados o extorsionados. Tampoco hay para los periodistas asesinados ni aquellos censurados", afirma Imelda Marrufo, de la Red Mesa de Mujeres.

"No hay justicia cuando se encierra a un chivo expiatorio como Israel Arzate Meléndez, ni para él ni para su madre, ni para los colonos de Salvárcar que la demandan", agrega.

"La simulación sustenta en respuestas simplistas de (la ahora) destitución de jueces, cuando está demostrado que hubo fallas en todo el proceso de investigación del caso de Rubí por lo que atañe también a otros poderes"

"No hay justicia cuando el estado simula al afirmar que quienes hacemos cualquier crítica y propuesta diferente a la suya estamos en su contra y en contra de la sociedad. La simulación sustenta la impunidad. No sólo no investiga sino que mantiene a los funcionarios corruptos"

Comienzan a cantar, primero "Yo te nombro libertad": por la idea perseguida, por los golpes recibidos... por la gente sometida, por los hombres explotados, por el héroe asesinado, por los fuegos apagados. Miro al hombre de Gobernación intentando ser cuate de las madres de las desaparecidas. Y siento el peligro, de un estado que mata, por omisión o con balas.

**** El médico Javier Alfonso Pérez Domínguez, de 46 años, fue asesinado hoy cuando se dirigía hacia la marcha, según algunos doctores. También, nueve más. Los políticos siguen hablando del asesinato de Marisela como políticos, sin ir a la raíz de los problemas.
El alcalde Teto Murguía (PRI) insiste que Ciudad Juárez no es la ciudad más peligrosa del mundo y echa la culpa a los medios de información de la imagen de la ciudad, que no atrae a inversionistas.
Por ahora, lo más destacado de su mandato ha sido adornar la ciudad con luces navideñas, piñatas de papel y traer una pista de hielo de la Fundación Telmex, del hombre más millonario del mundo, el mexicano Carlos Slim, que está comprando la ciudad, en ruinas. Como si el mensaje fuera: "al menos, que por divertirse no quede. Después si eres asesinado, extorsionado o secuestrado, ni modo, ni modito, que en Juaritos todo está bien chido".
*Más de 3 mil 100 personas han sido asesinadas durante este año en Ciudad Juárez.

4 comentarios:

  1. Judith.

    Gracias por tu crónica es extraordinaria y a la vez desgarradora.

    En verdad, por más que trato de entender o encontrar sentido a todo lo que está sucediendo en Juárez, como en el resto del país, no la encuentro. Nada tiene sentido, pareciera que se trata de un juego siniestro que están jugando los gobernantes de México, porque mientras siguen las muertes, desapariciones, injusticias nadie hace nada para detener la escalada de violencia, impunidad e injusticias que se viven a diario, aquí en México.
    El presidente Calderón no hace nada, sólo emite declaraciones que dan pena, risa, coraje, en una palabra lástima. Los federales son un fiasco, porque lejos de proteger a los civiles y combatir a los delincuentes se dedican también a delinquir. Son muchos los acontecimientos que se han dado en los últimos días, desde el asesinato de Marisela, la tragedia en Puebla por la explosíon de un ducto de PEMEX hasta el secuestro de 50 indocumentados centroamericanos en Oaxaca; pero todo esto es culpa del crimen organizado, según dicho de Calderón, entonces me pregunto ¿Que chingados hace él para detener a los delincuentes? La respuesta es obvia, no hace nada de nada.

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  2. La verdad se viste de blanco. El mismo que vela sus rostros. Y todas juntas conforman Unidad, Fuerza.
    La inmensa perdida de Marisela ya da frutos.
    Y el crimen de un nuevo medico hoy, nos vuelve a llenar de un dolor imparable, a borbotones.
    Pienso, siento, acompaño de corazón a todos los habitantes de una ciudad que donde pone el amor, toca la herida.
    Astor Piazzola canta. "Ciudades, tan altas. ¿Para que?, ciudades fundadas para odiar".
    No os olvidare, mi llama es la misma.
    Cuidaros mucho y Vivid.

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  3. No sé que decir Judith, porque como siempre, me quedo sin palabras y con un nudo en la garganta, sólo me uno al canto de esa Manifestación por la Justicia, la Libertad..."Yo te nombro Libertad", ¡VIVAN LAS MUJERES VALIENTES DE CIUDAD JUAREZ, VIVA LOS VALIENTES DE CIUDAD JUAREZ sean Mujeres, Hombres, Estudiantes, Niños/as, Médicos, Periodistas como tú Judith...! A terminar con el Terrorismo de Estado del Presidente Calderón y sus Sicarios, con la corrupción y con la violencia...!
    Abrazos y Felices Fiestas dentro de lo poquito que allí tienen que celebrar, al menos celebren la Lucha por la Libertad

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  4. esta es la guerra del hambre el control del trabajo la poblesa el control del rico y el poble

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