lunes, 23 de noviembre de 2009

Las muertas de Juárez, en segundo plano por los asesinatos cotidianos: 2,300 en este año.



Una campana sonaba el lunes 23 de noviembre en Ciudad Juárez como si en cada sonido estuviera el rostro del dolor de las que murieron o siguen desaparecidas bajo el imperio de la impunidad. La campana había salido 13 días antes desde la Ciudad de México en una caravana por 10 estados del país llamada: "Exódo por la vida de las mujeres" que finalizaba en Ciudad Juárez, la ciudad más violenta del mundo, según el Reporte Uniforme de Crímenes (CRU) del FBI, dado a conocer hoy.

Un grito de justicia que llegaba a la ciudad de la muerte sin respiro. En donde los 2,300 asesinatos en este año -dentro de la controvertida guerra contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón- han dejado en un segundo plano la muerte de unas 500 mujeres desde el 93, un tercio de ellas por crímenes seriales.

La campana sonaba en aquel mismo campo algodonero donde un día fue descubierta hecha un cadáver el cuerpo de la hija de Irma Monreal, junto con otras 7 jóvenes hace 8 años. Donde un día hubo unas cruces rosas con sus nombres. Y ahora se levanta un hotel en construcción con el que algunos intentan borrar el pasado. E Irma Monreal, madre de Esmeralda Herrera Monreal, de 15 años cuando desapareció un 29 de octubre del 2001, se derrumba con el recuerdo. Con la herida que nunca cerró la impunidad.

"Tengo miedo por lo que nos puede llegar a pasar cuando la Corte Interamericana emita oficialmente los detalles de la sentencia, en la que culpa al gobierno mexicano por los feminicidios de mi hija y otras dos más", comenta Monreal, de 48 años, madre de 6 hijos y abuela de 7, que cada día va a limpiar casas a El Paso, Texas, ciudad fronteriza con Ciudad Juárez.

Y Sagrario González, la mamá de Paula Flores, desaparecida hace 11 años, le abraza para intentar contener su llanto. También, Berta Alicia García Ruiz, que lleva buscando a su hija Brenda Berenice Castillo García, desde el 6 de enero de este año.

"Ayúdenme a buscar a mi hija", afirma la mamá de Brenda.

El mismo grito de dolor. Como desde hace 16 años.

Un centenar de personas, entre jóvenes, mujeres y niños, gritan: "Ni una más". Como el emblema de ocho pequeñas cruces que un grupo de artistas de Ciudad Juárez ha preparado para no olvidar, que aquel lugar donde se encontraron los cuerpos, es un lugar sagrado. Y las incrustan de nuevo en tierra de aquel campo donde se encontraron.

"Es nuestra forma de voltearnos a que nos miren, para que nos escuchen", dice la cantante Oveja Negra, de 25 años, vestida con una máscara de la muerte en su rostro y una minifalda de tela militar que dice "Juárez no es un cuartel". "Quieren borrar la historia. La campana es un llamado de alerta por la violencia que estamos sufriendo, un llamado a la unidad y entre todos exigimos al poder que cumpla con su trabajo", subraya.

La caravana, que llegó a Ciudad Juárez por el kilómetro 20, recorre la ciudad por varias horas. Al frente, van las mamás. Unas veces, encaramadas en un carrito con la campana, en otras ocasiones, caminando. Mamás de Ciudad Juárez y de la ciudad de Chihuahua, del grupo Justicia para Nuestras Hijas, fundado por Norma Ledesma, cuando perdió a su hija Paloma Escobar, un 2 de marzo de 2002 en Chihuahua a los 16 años.

Ahí está Patricia Cervantes, mamá de Neyra Azucena Cervantes que desapareció el 13 de mayo del 2003 en la ciudad de Chihuahua, la capital del estado del mismo nombre y a unas 4 horas al sur en automóvil de Ciudad Juárez. A Patricia le ha regresado la sonrisa. Acaba de ser abuela.

-"Judith nos acompañó en el rastreo en Los Cuernos de la Luna", así me presenta Cervantes a otras madres. Fue en el verano del 2003. En esa montaña altísima de la ciudad de Chihuahua donde Patricia sentía que su hija estaba. Y la encontró. Hecha un esqueleto.

Con ella está Hortensia Enríquez, la mamá de Erica Noemí Carrillo Enríquez, desaparecida el 11 de diciembre del 2000.

"El 10 de noviembre cumplió 28 años mi hija", dice Hortensia, de 65 años. "Le mandé hacer una manta con un girasol y adentro está su rostro. También, le pusimos una felicitación en el periódico, le decíamos que la extrañábamos, que sabíamos que alguien se la robó. Le compré sus flores: girasoles y rosas. Las puse en su cuarto".

Y Hortensia mira hacia el suelo y dice: "Mi esposo se ha muerto sin nunca saber".

*** Hoy Ciudad Juárez batió otro récord de la muerte. Superó los 2,302 muertos en este año: 9 muertos más en un día. El pasado, finalizó con 1,607. Las madres siguen buscando a sus hijas. A otras, ya sólo les queda pedir justicia.

3 comentarios:

  1. Gracias por tener el valor de acompanyarlas. Cuidese, si no es una indescrecion este deseo frente a la violencia aquella...

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  2. Gracias por dar a conocer la tragedia que viven las familias de las desaparecidas de Juárez. Usted sí lleva a México en el corazón.

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  3. Algunos dicen que hay que escribir para no olvidar. Ojala que la historia y la justicia no se olviden nunca lo que paso y pasa con las mujeres de Juarez. Gracias por escribir esto para el mundo y su historia.

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